jueves, 23 de marzo de 2017

Juicio #GdeimIzik Jueves 23 de marzo, quinta jornada de la tercera sesión del juicio-farsa

Fuente: Equipe Media (23/03/17) Equipe Media 10:20 minutos de la mañana, en la sala del Tribunal de Salé (Rabat. Marruecos), se empieza a oír al fondo una voz que sobresale sobre las demás presentes, “¡El estado Saharaui es una realidad irreversible!”, es la voz de Hassan Dah profiere las mismas mientras el magistrado lee los cargos que pesan sobre él.
Un poco después, el mismo se encarga de negar las falsas acusaciones que le han sido imputadas, en el juicio-farsa que las autoridades de ocupación marroquí celebran contra los presos políticos saharauis de Gdeim Izik, el activista y preso político saharaui, Hassan Dah, expresó su profundo compromiso con los derechos humanos, lo cual lo motiva a denunciar las violaciones que se cometen contra los civiles saharauis por parte de las autoridades de ocupación marroquí.
También, expresó sus condolencias a las familias de las victimas tanto saharauis como marroquíes. Y aprovechó para rendir homenaje a los que dieron sus vidas en defensa de los pueblos, tales como Luali Mustafa y Mohamed Abdelaziz. Transmitió su agradecimiento a los abogados y observadores, así como a la Asociación Marroquí de los DDHH, calificándola como plataforma digna en la defensa de los DDHH.
El preso político saharaui puso en duda la legitimidad del juicio, según las normas y principios del derecho internacional humanitario. Y a pesar de los intentos de la fiscalía de boicotear la intervención del activista al pretender limitar sus respuestas al marco del interrogatorio (pregunta-respuesta), el abogado, Lehbib Rguebi, alegó que si se quiere llegar a la verdad, la fiscalía ha de permitir dilucidar sobre todos los aspectos.
Al tomar la palabra de nuevo, el activista saharaui, subrayó que siendo el Sahara Occidental territorio sujeto a la resolución 1415, la justicia marroquí no tiene el derecho de juzgar a los ciudadanos saharauis y que la presencia de Marruecos en este territorio es totalmente ilegal y por ello lo es este juicio y las acusaciones que le atribuyen a él y a los otros activistas.
Al respecto del Campamento de Gdeim Izik, el preso político Saharaui, afirmó que ha sido una mecha que encendió la conciencia de los pueblos árabes. Una manera civilizada, a través de la cual las y los saharauis expresaron su rechazo a seguir viviendo bajo la ocupación. “Acudimos al Campamento huyendo de la salvaje y sistemática represión, el empobrecimiento, las violaciones de los derechos humanos. Acudimos en busca de la dignidad”, sentenció.
Una vez estando ahí, “el gobierno marroquí, decidió agredir de forma salvaje y cobarde, cuando todos estaban dormidos, poniendo al descubierto así el rostro colonialista de Marruecos”.
En su alegato, el activista saharaui de DDHH relató que no fue arrestado, sino secuestrado, recibiendo un trato salvaje e infrahumano. Fue arrestado por sus ideales políticos, comprometidos con los derechos de los pueblos de decidir sus propios destinos y disfrutar de las riquezas naturales de sus territorios.
Después del secuestro durante el cual fue víctima de toda clase de violaciones físicas psíquicas, fue entregado a la gendarmería marroquí. Irónicamente, esta no le interrogó sobre su estancia en el campamento de Gdeim Izik, sino de su visita a Argelia, donde participó en una conferencia internacional sobre el derecho de los pueblos.
Más tarde fue traspasado al tribunal militar, donde fue acusado falsamente de múltiples delitos, sin poder acceder de ninguno de los derechos que le asisten a cualquier acusado de esta naturaleza.
Negó todas las falsas acusaciones que le han sido atribuidas y denunció que su arresto es por su militancia por el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación de su destino.
Relató que durante las torturas a las que fue sometido como parte del “interrogatorio” fue fotografiado por los torturadores como una forma de tratar de ridiculizarlo y humillarlo.


Según el corresponsal de Equipe Media, quien se encuentra informando desde la sala del Tribunal de Salé, reino de Marruecos. El preso político Abdalahi Lajfauni, entro gritando “que viva la lucha del pueblo saharaui”. Luego el Fiscal paso a leerle los cargos que se tienen en su contra.
Lajfauni, comenzó, dando las gracias al movimiento de solidaridad que hay en el mundo en apoyo a los presos políticos de Gdeim Izik; y como estos se han solidarizado con el pueblo saharaui contra la opresión que viven desde 1975. También saludo a la defensa y a los observadores internacionales allí presentes e hizo llegar sus saludos a todos los saharauis que vinieron apoyarles.
El acusado prosiguió, condenando los crímenes cometidos por parte del ocupante marroquí en el campamento de Gdeim Izik y mostro su solidaridad con las víctimas de ambos pueblos, tanto del pueblo marroquí como del pueblo saharaui. Aclaro, que el Tribunal de Casación, les prohibió defenderse y que este juicio viola el derecho de los presos políticos, porque ellos fueron detenidos en El Aaiún, y deben entonces ser juzgados allí.
El ataque al campamento vino al mismo tiempo en que se daba la ronda de negociaciones, entre el Frente Polisario y el reino de Marruecos.
Cuenta que sufrió torturas salvajes, durante cinco días después de su detención. Que el día del desmantelamiento estaba dormido y que despertó cuando se produce el desastre del campamento por parte del ocupante marroquí; vio en ese momento como mujeres y niños se desmayaban. En ese momento, el acusado pregunto al Juez “¿Cómo, y esto es propaganda marroquí, cómo puede salir rápido la gente del lugar, si allí había 30.000 personas. Como puede esa cantidad de gente salir toda al mismo tiempo?”. Y siguió contando: “Después de las torturas, exigí atención médica”.
En ese momento, negó que recibiera órdenes del exterior. Y aseguro que las actas verbales que le tomaron, son manipuladas por el estado marroquí, que él firmo bajo la tortura y las amenazas. “Marruecos, es el responsable de los asesinatos de los saharauis y los marroquíes. Durante mi detención fui tirado desde la primer planta, de la casa donde me detuvieron”.
Lajfauni agregó además un saludo al pueblo marroquí, y señaló: “nos une el idioma árabe, la cultura y el Islam, pero el régimen marroquí eligió invadir el Sáhara Occidental y oprimirlo.”
Negó las acusaciones, y que el estado marroquí no pudo mostrar, ninguna evidencia contra los acusados.
Del mismo modo hizo saber, que él fue al campamento el 10 de octubre, para huir de la opresión, y de la marginación que viven a diario. Él fue a un campamento muy organizado, civilizado donde el mundo puede asegurar que fue así, y que ese campamento ha mostrado la unión del pueblo saharaui. Pero el 8 de noviembre de 2010, vino el ataque violento que llevo adelante el ejército de ocupación marroquí.
“El estado marroquí a través de nuestro juicio intenta tapar los crímenes de los dos pueblos y además hace una manipulación de la opinión pública, para ganar puntos en la política, por encima de violar los derechos de ambos pueblo”.
Al final expresó: “Viva el Frente Polisario, viva la República Saharaui y viva el pueblo saharaui”.

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